Primer vicepresidente del Parlamento de Venezuela: "Mañana inicia un gobierno de facto"
El diputado del partido tradicional más antiguo del pais, Edgar Zambrano, reconoció que la oposición del país está fracturada y que ello ha dificultado la lucha contra el Ejecutivo, y aseguró que desde la institución es necesario seguir apostando por una estrategia que permita afrontar la crisis.
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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, asume mañana un nuevo período gubernamental que se extenderá por seis años más. Sin embargo, la Asamblea Nacional (AN) del país no contempla tomar juramento del jefe de Estado –como contempla la Constitución- por considerar que su mandato es ilegítimo e inconstitucional, producto de un proceso electoral que no ha sido reconocido por la sociedad civil y por casi la totalidad de la comunidad internacional.
Desde el Parlamento, el único poder legítimamente electo por el pueblo en diciembre de 2015 y que desde entonces está dominado por la oposición, la postura es clara. "Continuaremos con nuestra política de denuncia puertas adentro y en los escenarios internacionales, con los gobiernos democráticos del mundo que nos reconocen y nos apoyan, sobre el abuso de poder reiterado por parte del Ejecutivo", dijo en entrevista a DF el primer vicepresidente de la AN, el diputado Edgar Zambrano, representante en el Legislativo del principal partido tradicional de la nación, Acción Democrática (AD).
- ¿Qué significa para Venezuela otro gobierno de Maduro?
- Mañana se inicia un gobierno de facto caracterizado por el secuestro de los poderes del Estado y en contra del texto constitucional. Esa realidad diseña la arquitectura de una geopolítica distinta a la de fines de 2018. Por ello, creemos que los gobiernos democráticos del mundo tienen la potestad de señalar las irregularidades y configurar un criterio político unitario que coadyuve al petitorio que hacemos desde la AN para unas elecciones libres.
- Después de 19 años y de tantas denuncias de fraude electoral, ¿siguen creyendo en las elecciones?
- Sí. En unas elecciones libres con condiciones que contemplan una nueva figura del árbitro electoral. En la AN estamos dispuestos a someternos nuevamente a la decisión del soberano, pero pedimos que igualmente se validen todos los poderes del Estado. Si ellos dicen que tiene la mayoría, ¿qué les preocupa? ¿Por qué no propiciar las condiciones para unas elecciones con equidad e igualdad? Por no tener esas condiciones es que llegamos a esta dictadura.
- Hay quienes, desde la misma oposición, consideran que la crisis del país también se debe a falta de acciones desde la AN. ¿Qué decirle a ese sector?
- Les preguntaría qué han hecho hasta ahora y dónde están sus propuestas concretas para delinear una estrategia democrática y no de violencia. Sabemos que muchos de esos factores que nos critican están dentro de la propia oposición, pero no podemos lanzarnos al vacío. Nos preguntamos qué es lo que quieren. ¿Qué designemos como presidente al presidente de la Asamblea? ¿Vamos a destruir nosotros el único poder legítimo que tiene Venezuela y la única vocería altisonante que tiene el sector democrático del país? No lo vamos a hacer.
- ¿Reconocen entonces que hay división en la oposición?
- No podemos negar que existe una oposición dividida, atomizada, que surge de los extremos de la política. ¿Y a quién beneficia eso y quién lo estimula? Eso es lo que hay que responder. Mientras, hay que seguir apostando por una estrategia monolítica unitaria que nos permita salir de este tormento. Después de ello, buscar los mecanismos que permitan direccionar la elección de un candidato presidencial y, en consecuencia, actuar para dejar atrás ese país desilusionado que ve que su dirigencia y su oposición se encuentra partida en mil pedazos.
- ¿Qué hay de diferente en este nuevo liderazgo del Parlamento del que usted hace parte?
- En el tiempo y el contexto que marcan una direccionalidad, una acción, una estrategia. No es lo mismo el momento político de enero de 2019 al de enero de 2016, 2017 o 2018. En cada uno de esos momentos se hizo lo correcto y se ha dejado constancia en lo nacional e internacional. En este 2019 haremos lo pertinente para ganar la confianza del pueblo. Entendiendo que el momento político es de alta conflictividad y que estamos a las puertas de una confrontación, una guerra civil, con una sociedad con presos políticos y que está padeciendo los rigores de una dictadura de nuevo molde.
Más amenazas
- La AN que usted lidera no va a tomar juramento de Maduro mañana. Por ello, la Asamblea Nacional Constituyente evalúa disolverla y convocar nuevas elecciones. ¿Qué harán para evitarlo?
- Esos agónicos llamados no tienen ningún eco ni de su lado ni en el de la oposición. Ante una situación tan difícil como en la que se encuentra el gobierno, cerrar un poder y ponerle fin a la voluntad popular de los venezolanos, será un golpe mortal para el propio gobierno. Terminaría por divorciarse de la totalidad de los países del mundo y crearía las condiciones para otras actuaciones por parte de organismos multilaterales en decisiones administrativas y de rechazo total de los gobiernos democráticos. Esas amenazas forman parte de un intento por mantenerse a flote cuando se encuentra acorralado.
- Mañana habrá nuevos anuncios económicos. ¿Qué esperan?
- Más circo, oferta engañosa, medidas poco trascendentes y más inseguridad jurídica. No podemos esperar nada bueno, porque este es un gobierno que vive sin propuestas. No podemos esperar más que desolación, un discurso repetitivo de lugares comunes que incluyen términos como el imperio y la guerra económica. Si en 19 años no han tenido una visión asertiva de la globalidad, modernidad e interrelación entre los países, no podemos esperar nada nuevo. ¿Qué pueden hacer ahora que están en las puertas de la sepultura política?
- En ese contexto, ¿qué se viene para Venezuela?
- En materia económica, el desastre total. La desaparición de nuestra moneda es categórica para ejemplificar el fracaso de la política económica. Nuestra moneda no tiene valor alguno en el escenario internacional y, puertas adentro, nuestros precios cambian cada hora. El costo de la cesta básica para una familia medio subsistir está llegando casi a los US$ 300. ¿Qué hace falta? Modificar las políticas económicas, pero este gobierno obtuso y mediocre no tiene ninguna voluntad y se afianza en que cualquier cambio traicionaría el legado de Hugo Chávez que, realmente, lo que dejó fue miseria y ruina. Se necesitan garantías jurídicas para que la inversión extranjera pueda venir al país y para que los internos traigan sus capitales y sean eficientes. Con ello se le daría al PIB una solidez de cualquier sociedad civilizada del mundo.